
La función cognitiva abarca un conjunto de procesos mentales fundamentales para la vida diaria: la atención, la memoria, el lenguaje, el razonamiento, la planificación o la toma de decisiones. Aunque todos la utilizamos a diario, lo cierto es que estas habilidades cambian a lo largo de nuestra vida.
Infancia y adolescencia: la etapa del desarrollo
Durante los primeros años, el cerebro está en pleno proceso de maduración. Las conexiones neuronales se multiplican a gran velocidad y, gracias a la neuroplasticidad, el aprendizaje ocurre de forma natural. La capacidad de retener nueva información, aprender idiomas o adaptarse a entornos cambiantes es especialmente alta.
Es en esta etapa cuando se establecen las bases de las funciones ejecutivas (control de impulsos, organización, memoria de trabajo), que continuarán desarrollándose hasta bien entrada la adolescencia.
Envejecimiento: el desafío del mantenimiento
Con el paso del tiempo, algunas áreas cognitivas comienzan a deteriorarse. La velocidad de procesamiento suele ser la primera en verse afectada, seguida por la memoria episódica (recuerdos recientes) y, en algunos casos, por la atención sostenida. Sin embargo, no todo son pérdidas.
Funciones como el lenguaje, el conocimiento general y la inteligencia emocional tienden a conservarse o incluso a mejorar con la experiencia. La clave está en estimular el cerebro y mantener hábitos saludables.
¿Podemos mantener la función cognitiva activa?
Numerosos estudios han demostrado que un estilo de vida activo física, social e intelectualmente favorece el mantenimiento de la función cognitiva en adultos mayores. Actividades como la lectura, los juegos mentales, la escritura, la música o el uso de tecnologías adaptadas (como Gradior Suite) son herramientas eficaces para frenar el deterioro.
Además, intervenir desde edades tempranas con estrategias de estimulación y educación emocional puede contribuir a un mejor desarrollo cognitivo y prevenir futuras dificultades.
En Gradior Suite trabajamos para adaptar nuestras soluciones tecnológicas a cada etapa de la vida, promoviendo el desarrollo en la infancia y la prevención en la adultez.