
Clave para la salud cognitiva: alimentar tu cerebro de manera óptimo
Cuando hablamos de salud cognitiva, solemos pensar en ejercicios mentales, estimulación o incluso en rehabilitación. Pero hay un aspecto esencial que a menudo se nos escapa: la alimentación. Sí, lo que comes puede marcar una gran diferencia en cómo funciona tu cerebro hoy… y en cómo lo hará en el futuro.
El cerebro también se nutre, y lo que comemos puede tener un impacto directo en nuestra memoria, concentración, estado de ánimo y prevención del deterioro cognitivo.
¿Qué alimentos benefician la salud cognitiva?
- Ácidos grasos omega-3: presentes en pescados como el salmón, las sardinas o las nueces. Son esenciales para el funcionamiento de las neuronas.
- Antioxidantes: frutos rojos, arándanos, moras o granadas ayudan a combatir el estrés oxidativo, uno de los factores que acelera el envejecimiento cerebral.
- Vitaminas del grupo B: como el ácido fólico, la B6 y B12, que contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso. Están en vegetales de hoja verde, huevos y legumbres.
- Alimentos ricos en polifenoles: como el aceite de oliva virgen extra, el té verde o el cacao puro, que mejoran la comunicación entre neuronas.
Más allá del plato
La alimentación no lo es todo, pero es una base sólida. Cuando se combina con actividad física regular, descanso adecuado y estimulación cognitiva (como la que proponemos en Gradior Suite), los beneficios se multiplican.
Además, la relación entre salud mental y salud cognitiva es cada vez más clara. Alimentar bien al cerebro no solo ayuda a pensar mejor, también a sentirse mejor.
En definitiva, lo que pones en tu plato puede marcar la diferencia en tu bienestar mental.
Alimenta tu cerebro y activa tu potencial.